La tercera (y por ahora última) pieza de la serie “Inside/Adentro” es sobre cómo el ambiente influye en la conciencia y a la vez la conciencia le da forma al ambiente.
En medio de la cuarentena surgió una tendencia por comprar plantas. Claro, las personas estaban en casa más tiempo y les dio por decorar y redecorar, crear ambientes más hogareños, y una solución muy obvia y fácil de darle vida al hogar es agregar plantas. Adicionalmente son una forma de crear una rutina. Muchas personas también han recurrido a plantar huertos caseros para cosechar su propia comida y ahorrar algo de dinero, además de obtener la satisfacción de obtener un fruto o un vegetal criado por uno mismo.
¿Qué tiene que ver la jardinería con la conciencia y la salud mental? Pues es un simbolismo sobre cómo nuestro ambiente influye en nuestra percepción de la realidad, en la forma como nos conectamos con nuestro entorno y crecemos y evolucionamos, y cómo a la vez nosotros influimos en nuestro ambiente y lo cambiamos y lo transformamos.
También es un simbolismo sobre el ciclo de la vida; todo es cíclico, desde la vida de las plantas, las vidas humanas, las temporadas… Este año, esta enfermedad, eventualmente llegara a un fin, y luego comenzará algo nuevo…
Otro simbolismo es la esperanza; el verde, el color dominante de la naturaleza, representa la esperanza de algo mejor, representa energía, balance, renacimiento. Es también el color de la suerte. El verde se asocia con la salud y la vitalidad, con la curación y la protección. Según la guía de la psicología del color, en presencia del verde se produce calma y a la vez vigor.
Al igual que cuando nos encontramos en medio de la naturaleza, ya sea yendo a acampar o paseando en un parque natural o haciendo un picnic en un parque en medio de la ciudad, o cuando salimos a caminar a nuestras mascotas o a jugar con los niños, tener plantas en casa es estar en contacto con la naturaleza (a menor escala, claro). A medida que hemos tenido que ajustarnos a estar en cuarentena, y nos hemos dado cuenta de cómo damos por hecho la libertad que disfrutábamos, de poder salir, poder respirar, poder estar en contacto con esa naturaleza allá afuera, las plantas en casa nos traen de vuelta un poquito de esa conexión.
Además, tener que cuidarlas le da un propósito a las personas. La pandemia ha agravado la salud mental de las personas, hay mucha ansiedad y depresión, de modo que es positivo enfocar la energía en una tarea de este tipo. También traen una sensación de paz, rodearse de verdor.
Investigaciones científicas y psicológicas han determinado la relación entre las plantas y el bienestar mental y emocional. Desde reducir el estrés hasta ayudar a mejorar la memoria, creatividad y el autoestima, nuestra conexión con la naturaleza nos ayuda a mantener un balance importante. (Pueden leer el artículo completo de Psychology Today aquí).
El autor Edward Abbey, en su libro “Desert Solitaire: A Season In The Wilderness”, escribe uno de mis párrafos favoritos que he leído en mi vida sobre la importancia de conservar la naturaleza:
“Las montañas complementan el desierto como el desierto complementa la ciudad, como la naturaleza salvaje complementa y completa la civilización. Un hombre puede ser amante y defensor de la naturaleza salvaje sin dejar en toda su vida los límites de asfalto, cableados eléctricos y superficies de ángulos rectos. Necesitamos la naturaleza aunque nunca pongamos pie en ella. Necesitamos un refugio aunque nunca necesitemos ir allí. [ ] Necesitamos la posibilidad de escapar tan seguro como necesitamos la esperanza [ ].”
No es que comprar un par de plantas y cuidarlas va a resultar en un remedio instantáneo para el agobio habitual de esta pandemia. Sin embargo, por algún lado se empieza, y como todo en la vida se empieza por casa.
Espero esta situación sea una oportunidad para que las personas revalúen sus privilegios y prioridades y se den cuenta que no hay nada más importante que la salud, tanto la física como la mental y emocional. Si las plantas ayudan a crear un ambiente de balance y paz, y a la vez crear una mayor conciencia preocupada por la conservación de la naturaleza en general, por el bienestar de la humanidad y la tierra, entonces convirtamos nuestros hogares en una jungla.
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Vanessa Crooks 